El autoconocimiento, eso que te salva de echarle la culpa a los dioses

23 enero 2024

Los arqueólogos que excavaron en el templo de Apolo, dios griego de la medicina, solo encontraron dos inscripciones: “Conócete a ti mismo” y “Nada en exceso”. La primera, archiconocida, nos recuerda que el mejor garante de la salud es el bienestar emocional, y el autoconocimiento es su puerta de entrada. Esa inscripción estaba ubicada en el portal frente al templo, justo donde se interpelaba al Oráculo de Delfos. Así advertían al visitante de que no echara la culpa a los dioses de sus desgracias: antes de pedirles explicaciones sobre lo que te pasa, pregúntate cómo has contribuido tú a vivir eso que estás viviendo. Dicho en otras palabras, toma la responsabilidad de tu vida.

Pero hacer eso da mucho miedo, y hay que apelar a la valentía, a la humildad y a la confianza para salir de la ceguera y poder reconocer las propias zonas oscuras. El mitólogo Joseph Campbell animaba a ello cuando decía “en la cueva en la que temes entrar, se encuentra el tesoro que buscas”. El autoconocimiento es un viaje, el Viaje, y siempre es hacia adentro. Por eso en el Institut Gestalt hemos diseñado, con muchísimo cuidado y amor, el programa de “El Viaje”: una propuesta que suma todas las miradas humanistas del IG para ofrecer un acompañamiento de máxima calidad y ponerlo al servicio de las personas que quieran hacer una inmersión en sí mismas a través de un recorrido de 360º.

 

Un viaje por etapas

El punto de partida del viaje de autoconocimiento es la observación de quién soy a partir de cómo me relaciono, dándome cuenta de lo que muestro y de lo que escondo, y ver que soy mucho más de lo que creo. Seguiremos con las emociones, reconociendo cuáles son las que me habitan más a menudo y las que no están presentes, porque todas ellas serán la puerta de entrada hacia mi cuerpo, mis memorias somáticas, relacionadas con mis heridas -las carencias infantiles y lo que tuve que proteger-, con los patrones -los mecanismos de compensación de las carencias- y con las partes protectoras -lo que me permitió sobrevivir-. Esa será una parte del viaje que haremos con especial calma, cuidado y presencia, para poder reconocer y atender a nuestros personajes internos.

Visitaremos después nuestra familia de origen, papá y mamá, que son los primeros que me dijeron quién era yo y cómo era el mundo, y reconociendo cómo me vinculé con ellos -el tipo de apego que establecí-, comprenderé cómo me vinculo hoy en las relaciones. Y de todas ellas, nos detendremos en la de pareja, parada importantísima, para darnos tiempo y espacio y descubrir el modelo aprendido, lo que cubro con mis parejas, lo que repito… y la pareja saludable.

Después de esta panorámica, volveremos al cuerpo, para conectar con mis diferentes centros de energía desde el movimiento. A estas alturas del recorrido, ya podré reconocer y nombrar mis emociones, y aprenderé herramientas para conectar con un centro de energía u otro, dependiendo de la demanda que me esté poniendo el entorno. Inevitablemente, tirando del hilo del cuerpo, llegaremos a ampliar la conciencia sobre la intimidad y la sexualidad, para descubrir cómo puedo vivir con más placer mi propia sexualidad y la vida.

Antes de poner la mirada en lo que está por venir, daremos espacio a los duelos, lo que ya no está o no pudo ser, reconocer los duelos de mi vida -afectivos, de salud, migración, profesionales, sueños vitales…- y darme cuenta de cómo me manejo con las pérdidas y los cambios.

Y de ahí, exploraremos otras energías, las de los talentos y nuestra relación con la abundancia y la prosperidad. ¿En qué brillo y me da energía? ¿Cuáles son mis creencias sobre lo que puedo o no hacer en la vida? ¿Y cuál es mi relación con el dinero?

En la última etapa del Viaje pondremos rumbo al futuro. Primero, conectando con el propósito (qué quiero ofrecer al mundo) y luego, diseñando objetivos para concretar mis sueños.

Y así, quitando capas, máscaras, deshaciéndome de los disfraces que me he ido poniendo en la vida, me podré liberar de quien creo que debería ser y abrazar a quien realmente soy.

Buen viaje.

 

Marga Baró

Coach Profesional PCC por ICF, Coach co-activa y de organizaciones (ORSC). Terapeuta Gestalt, sistémica y Constelaciones Familiares y Organizacionales. Bioneuroemoción. PNL e Hipnosis Eriksoniana.

 

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