¿Ves cosas interesantes en tus clientes/as a nivel de movimiento pero no sabes exactamente qué reflejan a nivel psicológico ni cómo aprovecharlas al máximo en el proceso terapéutico?
¿Qué es el movimiento corporal?
¿Te has fijado en que, aunque varios clientes hagan un mismo movimiento, cada uno lo hace a su manera, y que esa cualidad única revela de hecho mucho más acerca de esa persona que el movimiento o la acción en sí?
Tanto si sueles usar el movimiento corporal como herramienta en tus sesiones de terapia grupales o individuales como si no, es inevitable que en ellas haya movimiento, porque es imposible que el cliente venga sin su cuerpo, y ese cuerpo tiene una gestualidad. El lenguaje no verbal aporta de hecho el 70 % de la información en la comunicación.
Por eso es muy útil disponer de un sistema de observación que permita captar las sutilezas del movimiento, así como los cambios en el movimiento que se van produciendo a lo largo del proceso terapéutico, como por ejemplo el Laban Movement Analysis (LMA) que se usa en la Danza Movimiento Terapia.
El sistema Laban permite, entre otras muchas cosas, identificar y comprender las características más sutiles de cómo se realiza un movimiento (esto es, las cualidades del movimiento), y las vincula con unos correlatos psicológicos y con el desarrollo psicomotor de la persona.
Las cualidades del movimiento son cuatro y cada una de ellas se expresa en una polaridad, un continuum que va desde una actitud de “entrega” a una más de “lucha”:
El flujo. A nivel físico está relacionado con la respiración y la autorregulación muscular. A nivel psicológico tiene que ver con las emociones, las relaciones, el control y la precisión. Se expresa en una polaridad que va desde el flujo contenido —muy controlado— hasta el flujo libre, revelando cómo la persona se gestiona psicológicamente en los ámbitos mencionados.
El espacio. Refleja cómo la persona se organiza y planifica en relación con el espacio circundante al moverse, y tiene que ver con el pensamiento, la atención, la planificación, el foco. Se expresa en el movimiento en una polaridad que va desde una actitud directa hacia el espacio hasta una actitud indirecta, lo que revela también la forma cómo se organiza a nivel de pensamiento.
El peso. Es la actitud de la persona respecto al uso de su propio peso al moverse, y a nivel psicológico está vinculado con la sensación y con la intención y la voluntad, es decir con el impacto o no que uno tiene en el mundo. Se expresa en movimiento entre la polaridad que va de peso firme a peso ligero.
El tiempo. Es la actitud hacia el uso del tiempo al moverse y psicológicamente tiene que ver con la intuición y con la forma de tomar decisiones. Se expresa en una polaridad que va de lo súbito o repentino a lo sostenido o constante.
La capacidad de usar estas cualidades de movimiento aparece en distintos momentos del desarrollo psicomotor de la persona: el bebé ya nace con flujo; luego explora y desarrolla la cualidad espacio; posteriormente la cualidad del peso, y finalmente el tiempo. Por lo que si el cliente no usa o usa en exceso una de esas cualidades, o solo una de las polaridades de la misma, eso revela qué conflictos puede estar viviendo internamente en la actualidad (muchas veces inconscientemente), en qué momento experimentó dificultades en su desarrollo psicomotor durante la infancia y qué propuestas corporales podrían ser adecuadas para apoyarle en su proceso de toma de consciencia y de cambio.
Así pues, estas son algunas de las ventajas que conocer Laban nos brinda como terapeutas:
- Trabajar con los emergentes que surgen en el aquí y ahora, aprovechando lo que trae el paciente a la terapia a nivel de movimiento o gestualidad
- Comprender su mundo psicológico actual y qué tareas de las etapas del desarrollo seguramente no terminó de resolver
- Hacer intervenciones no verbales fundamentadas a través de propuestas y dinámicas basadas en las cualidades de movimiento
- Detectar preferencias o patrones de movimiento en los pacientes y ayudarles a ampliar su repertorio de movimiento para experimentarse de nuevas formas y con nuevas posibilidades
- Ser más precisos en nuestras interacciones no verbales con el cliente, a través de técnicas de movimiento como el reflejo empático, el contraste, la amplificación, etc.
- Identificar y registrar de forma precisa cambios del paciente a nivel de movimiento a lo largo de las sesiones.
- Apoyar los cambios psicológicos deseados por el paciente a partir de dinámicas corporales diseñadas específicamente para él
- Entender como el propio movimiento del terapeuta puede estar afectando a la relación terapéutica, al identificar el terapeuta sus propios patrones de movimiento.
Laban y sus aplicaciones es uno de los elementos que exploraremos en ciclo de dos talleres formativos Cuerpo, danza y movimiento creativo en la terapia que ofrecemos en el Institut Gestalt los próximos 28, 29 de febrero y 1 de marzo y 27, 28 y 29 de marzo.
Texto de Txell Prat, Danzaterapeuta y Miembro Titular Registrado de la Asociación Española de Danza Movimiento Terapia (ADMTE).