El taller de crecimiento “Todo sobre mi madre” -impartido por Emma Romeo, consteladora familiar y arterapeuta gestalt- ofrece un espacio para expresar, reelaborar y sanar las relaciones difíciles con nuestras madres, descubriendo y redefiniendo la realidad del vínculo que nos une y nos separa más allá de los problemas de relación y donde poder encontrar un lugar de libertad y bienestar entre ese deseo de independencia y el anhelo de proximidad.
Mejora la relación con tu madre con nuestro taller
El taller, además, propone recomponer fragmentos internos rotos de uno/a mismo/a. Todo ello promoviendo un ambiente grupal guiado por el respeto, la paciencia, la tolerancia y la escucha.
Se trata de un trabajo centrado en la terapia familiar sistémica, la arterapia y la gestalt, una atención constante al cuerpo y al corazón donde poder invitar a una respiración más amplia y consciente que posibilite una mayor presencia en ese aquí y ahora necesario. Está dirigido a hombres y mujeres con el impulso y/o la necesidad de revisar la relación con la propia madre y con la disposición para ello. Se realizará en dos sesiones: el sábado 1 de febrero de 10 a 20h. y el domingo 2 de febrero de 10 a 14h.
En lo más hondo del corazón somos leales a una madre, y a pesar de todo lo que fue difícil, tenemos el deseo profundo de estar en paz con ella, de encontrar una distancia apropiada donde poder quererla.
Una relación que se vio alterada o interrumpida por circunstancias difíciles vividas en la propia infancia, en la relación con los padres y hermanos o por hechos graves anteriores que afectaron dolorosamente al amor y el orden en el alma familiar, pudo dejar un corazón herido y desconfiado, pero también necesitado. Años después, enterradas estas vivencias, puede persistir un corazón perturbado interfiriendo en las relaciones actuales más cercanas y en la relación con la vida y todo aquello que nos ofrece.
Reconocimiento del amor hacia una madre
Este amor (interrumpido) hacia una madre necesita ser reconocido en toda su dimensión, como un primer eslabón donde anclar nuestra alma errante para llenarla de calma y de sentido.
“No sé si te lo he dicho:
mi madre es pequeña y tiene que ponerse de puntillas para besarme.
Hace años yo me empinaba, supongo, para robarle un beso.
Nos hemos pasado la vida estirándonos y agachándonos
para buscar la medida exacta donde poder querernos”.
La medida de mi madre, Begoña Abad.