Cuando muere una persona con la que hemos establecido un vínculo emocional entramos en un proceso llamado duelo.
Este es la respuesta normal y adaptativa ante la pérdida, que afecta a la totalidad de la persona, a su parte emocional, cognitiva, física y espiritual.
Vivimos en una sociedad que no sabe cómo tratar la muerte, ni las pérdidas, ni el dolor que éstas pueden ocasionarnos, dificultando la normalización del propio duelo.
En muchos casos el proceso del duelo no puede llegar a resolverse porque evitamos explorar nuestra parte más existencial, no atendemos a nuestra esencia, y a nuestros miedos más profundos por temor al dolor.
Sin embargo este dolor podría convertirse en una oportunidad para conocernos mejor, para crecer, y para desde aquí redefinir nuestra vida.
Contactar con la muerte nos empuja a cuestionarnos el misterio de la vida y a mirar hacia nuestra parte más esencial desde la propia sabiduría interna, desde la intuición y esta será la que marcará el ritmo de nuestra exploración. Por este motivo hay tantos duelos como personas que los viven.
La terapia y el acompañamiento al duelo facilitan este trabajo desde un vínculo seguro, una escucha profunda, y la validación de lo que siente, piensa y vive cada persona.
De esta manera el proceso de duelo puede convertirse en el camino para poner luz a la oscuridad.
Por Luca Llinares y Lidia Espelt.
Luca Llinares. Terapeuta Gestalt. Máster en Counseling en duelo y pérdidas. Facilitadora de Grupos de ayuda mutua de duelo y pérdidas. Formación en Constelaciones familiares aplicadas a la consulta individual. Practitioner en Programación Neurolingüística. Miembro adherente de la Asociación Española de Terapia Gestalt (AETG).
Lidia Espelt. Psicóloga clínica. Terapeuta Gestalt. Máster en Counseling de duelo, pérdidas y trauma. Facilitadora de Grupos de ayuda mutua de duelo y pérdidas. Posgrado en Intervención Estratégica Breve. Practitioner en Programación Neurolingüística. Formación en Constelaciones familiares aplicadas a la consulta individual.
Próximas ediciones del taller “Acompañar en el duelo”: