En el vasto paisaje del desarrollo humano y el despliegue de habilidades profesionales, la interrelación entre el coaching y la Programación Neuro Lingüística (PNL) emerge como una poderosa conjunción. Estos dos enfoques, intrínsecamente relacionados, convergen para formar un camino hacia la autoconciencia, la comunicación efectiva y el cambio, personal, relacional y social.
La Programación Neurolingüística (PNL)
Por un lado, la Programación Neurolingüística configura un enfoque que se centra en el Autoconocimiento, la Comunicación (con uno mismo y con los demás) y el cambio personal. Esta se basa en la idea de que podemos entender y modelar actitudes y patrones efectivos de comportamiento y comunicación para luego aplicarlos de manera efectiva para mejorar en diversas áreas de la vida. En este sentido, la PNL se manifiesta como una herramienta poderosa para la introspección y la transformación.
Remontándonos a sus orígenes, la PNL se originó en la década de 1970, de la mano de Richard Bandler, psicólogo y autor, que estudió matemáticas y psicología; y John Grinder, un lingüista y autor, que se enfocó en la modelación del comportamiento. Su colaboración descompuso patrones de terapeutas exitosos, culminando con la creación de la PNL y la publicación de su influyente libro “La Estructura de la Magia”, que revolucionó la psicología del momento. Aunque su asociación ha enfrentado controversias y desacuerdos a lo largo de los años, su trabajo conjunto en la PNL ha dejado un legado duradero en el campo de la psicología, la comunicación y el desarrollo personal. Con el tiempo, la PNL ha sido adoptada y adaptada por numerosos profesionales en una variedad de disciplinas y se ha convertido en una herramienta valiosa para el cambio personal y la mejora de la comunicación y el rendimiento.
El Coaching
El coaching, por otro lado, emerge como un proceso de acompañamiento de índole no directiva que facilita el desarrollo personal y profesional a través de una relación colaborativa entre el coach y el coachee. A través de conversaciones estructuradas y técnicas de indagación (como el arte de la pregunta), el coaching busca potenciar el autoconocimiento, las habilidades y el logro de metas. Al tratarse de un enfoque de gran versatilidad, este puede adaptarse y aplicarse en diversas áreas: Educación, Terapia, Liderazgo, Crecimiento Personal, etc., convirtiéndose así, en una herramienta esencial para el crecimiento y el desempeño efectivo en cualquier contexto, ya sea personal o profesional.
El origen del coaching moderno se atribuye principalmente a Timothy Gallwey, un autor y entrenador de tenis, que en la década de 1970 desarrolló el concepto de “The Inner Game” (El Juego Interior). Este enfoque, principalmente se centraba en mejorar el rendimiento y el aprendizaje al enfocarse en la mente y la autogestión del individuo. Posteriormente, en la década de 1980, otros profesionales como Sir John Whitmore, adaptaron estos conceptos al ámbito empresarial y personal, contribuyendo a la evolución del coaching como una disciplina estructurada y efectiva para el desarrollo personal y profesional.
Relación entre el Coaching y la PNL
Diseñado para empoderar a las personas a lograr sus metas, mejorar su rendimiento y desplegar su potencial innato, el coaching encuentra afinidad natural con los principios de la PNL. Por lo tanto, los coaches que incorporan la metodología de la PNL se erigen como acompañantes y facilitadores, abriendo las puertas hacia la identificación de objetivos significativos, superando obstáculos y trascendiendo limitaciones personales. Esta confluencia da forma a un camino dinámico hacia el cambio sostenible y positivo.
En este contexto, la máxima del lingüista, autor y profesor estadounidense John Grinder,”El coaching es la PNL en acción”, resuena como un mantra que encapsula la esencia de esta relación. Desde su concepción, la Programación Neuro Lingüística ha representado un eje que guía el camino hacia el autoconocimiento, la comunicación profunda y el cambio intrínseco. Al centrarse en los dominios del autoconocimiento y la comunicación interna y externa, la PNL proporciona un marco sólido para entender y redirigir los procesos de pensamiento, emoción y comportamiento. Por lo tanto, podemos concluir que el coaching se erige como la realización activa de los principios fundamentales de la PNL.
Así pues, la interacción entre estas dos disciplinas o enfoques de facilitación de cambios se acentúa gracias a las interconexiones de sus elementos y técnicas compartidas que se fusionan congruentemente, dando lugar a una perspectiva sólida en el desarrollo personal, relacional y profesional.
A continuación, te presentamos algunas de las dimensiones donde esta relación se hace más evidente y fructífera en los procesos de transformación:
– Reescribiendo la experiencia subjetiva: En los fundamentos de la PNL, radica la exploración de cómo las personas construyen su “mapa del mundo” interno. En el contexto del coaching, esta comprensión se convierte en una herramienta para abordar los patrones de pensamiento y comportamiento que limitan el progreso. En este proceso de reconfiguración, el coaching, bajo la tutela de la PNL, se erige como el medio para guiar a las personas hacia una optimización de los propios recursos.
– Maestría en la Comunicación: Tanto la PNL como el coaching pivotan en torno a la comunicación efectiva. La PNL, al comprender la riqueza de la comunicación, se convierte en un bastión de técnicas para mejorar la relación humana. En el contexto del coaching, las herramientas de la PNL se convierten en lentes a través de los cuales se observan los patrones de comunicación, mejorando las habilidades de escucha activa y fomentando intervenciones comunicativas precisas que favorecen tanto la comunicación más efectiva como la reestructuración de creencias limitadoras en posibilitadoras.
– Facilitación del cambio transformador: La PNL no solo ofrece una comprensión profunda del cambio, sino que también presenta un arsenal de técnicas para desencadenar diferentes tipos de transformaciones. Desde la integración de polaridades hasta la consecución de metas y la reevaluación de creencias limitantes, la PNL se presenta como una guía que nos ayuda a encaminarnos hacia una vida mejorada. En el contexto del coaching, estas herramientas de cambio se entrelazan para guiar a los individuos hacia una evolución significativa y duradera.
Como síntesis, podemos afirmar que la interconexión entre el coaching y la PNL se presenta como un enfoque efectivo para fomentar el cambio personal, eficaz y duradero. Ya sea que este cambio se manifieste como una solución a un desafío inmediato, una generación de nuevas posibilidades o una evolución constante, el modelo resultante une estas dos filosofías desemboca en el bienestar y la transformación de las personas.
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Vicens Olivé Pibernat
Co-fundador del Institut Gestalt de Barcelona. Gestalt & PNL-Coach. Director del Máster en Coaching con PNL. Autor del libro: PNL & Coaching. Una visión integradora. Ed. Rigden.
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