¿Qué son los patrones familiares?
Todos nosotros estamos profunda e íntimamente unidos a nuestro sistema familiar.
Esta conexión va mucho más allá de la genética, de la calidez o frialdad de las relaciones, incluso de haber conocido o de saber de la existencia de todos nuestros ancestros. Es algo que comprobamos constantemente cuando trabajamos con constelaciones familiares.
Existen hilos invisibles, siempre inconscientes, que nos vinculan con toda nuestra matriz sistémica, y muchas veces, estas conexiones se manifiestan a través de sus consecuencias. Una de ellas es lo que denominamos patrones familiares, que podríamos definirlos como el conjunto de comportamientos, emociones, maneras de vincularnos, que se originan en algún punto de nuestro árbol familiar y tienden a perpetuarse generación tras generación.
Y es que, no hay sistema familiar dónde no hayan acontecido hechos difíciles, dolorosos o traumáticos. Algunas veces en forma de pérdidas tempranas, de niños o personas jóvenes, otras de enfermedades graves. También guerras o cuestiones políticas, migraciones, hambrunas y graves dificultades económicas, por no hablar de abusos y otras formas de violencia.
Estos hechos tienen importantes consecuencias en los vínculos familiares, ya que el trauma genera desconexión (de nosotros mismos primero y de quien nos rodea después), nos aleja, congela nuestra capacidad de amar. De esta manera, en los sistemas familiares se genera una tensión invisible entre, por un lado, el deseo propio que nos impulsa a vivir nuestra vida; y por el otro, el trauma transgeneracional que hace que partes nuestras se fragmenten, se desordenen dentro del sistema familiar, desconectándonos así de nuestro presente, de nuestras relaciones actuales, y de nuestra vida en general.
En lo más profundo, somos leales a todo y a todos, y esto es precisamente lo que aparece en los patrones familiares. Somos leales porque tenemos vínculos amorosos con todo nuestro sistema familiar, lo sintamos así o no. Ahí reside nuestro instinto más biológico de mantenernos íntimamente unidos a todo nuestro enjambre familiar.
¿Cómo podemos sanarlos?
El alemán Bert Hellinger (1925-2019) fue el gran desarrollador de las Constelaciones Familiares. Esta herramienta terapéutica se centra en el sistema familiar de la persona que viene a terapia y en concreto, en estas dinámicas inconscientes o patrones familiares que nos unen a nuestros ancestros y que son disfuncionales, porque son las que nos generan malestar, dificultades o dolor.
Las constelaciones familiares son un abordaje que nos permite, en primer lugar, identificar estos patrones, a veces este es el punto más difícil, y después generar movimientos para sanarlos, es decir, para construir estilos de vinculación que sean mejores para nosotros, que nos den la libertad de vivir la vida que deseamos realmente.
En definitiva, las constelaciones familiares nos permiten recuperar la responsabilidad plena de nuestra propia existencia.
Pueden trabajarse en espacios o talleres grupales, o en un proceso más continuado de abordaje individual.
Un caso práctico
Marta vino hace unos meses a terapia. Era una mujer de mediana edad, muy preparada académicamente, con sobrada experiencia, muy válida, pero tenía dificultades en permitirse tener un empleo que le diera una seguridad económica. Según lo explicaba ella, “de alguna manera me las apaño para acabar en puestos de trabajo que me permiten sobrevivir, más que vivir cómoda y tranquilamente”. Si encontraba opciones para que eso fuera distinto, sentía un fuerte miedo y parálisis y no se daba la oportunidad de cambiar.
Cuando recabamos información de su sistema familiar para armar su Genograma, Marta explicó que era la tercera hija de sus padres. El padre había trabajado toda su vida en una empresa y la madre, que de joven por motivos familiares no tuvo la opción de poder estudiar, se dedicó a cuidar de la casa y los hijos con bastante frustración porque era una mujer que hubiera querido desarrollar su carrera profesional. El abuelo paterno de Marta trabajó en un negocio que él mismo creó y que le funcionó muy bien, pero la abuela estuvo muy delicada de salud toda su vida y pasaba mucho tiempo en cama. La madre de Marta provenía de una familia muy humilde que emigró a Cataluña para tener mejores opciones, aun así, el abuelo estuvo trabajando de todo lo que encontraba para poder mantener la familia de ocho hijos que cuidaba la abuela en casa.
Para Marta fue revelador poder observar el patrón establecido en su sistema en el que las mujeres anteriores a ella, por distintos motivos, no habían podido ser mujeres autónomas económicamente. No tuvieron las oportunidades ni los recursos para desarrollar una profesión que les permitiera ganar su propio dinero. Y a pesar de que ella, sí ha tenido esta suerte, de alguna manera, era fiel a este patrón, encontrando trabajos que le daban la economía justa para poder subsistir. A pesar de vivir otros tiempos, Marta era leal a su madre y a sus abuelas. Como si en ella hubiera una voz silenciosa que dijera, “si para vosotras no fue posible, para mí tampoco lo será”. Esta era la narrativa secreta del patrón familiar que bloqueaba el desarrollo económico de Marta.
A través de un proceso con constelaciones familiares, para Marta fue liberador poder honrar y respetar la vida de sus anteriores. Asentir internamente a que estos fueron sus destinos, y sí, no fueron los más fáciles, o los que ellas quizás hubieron deseado, pero fueron los reales, los que, fruto de sus circunstancias, sí tuvieron lugar. Honrarlas así también le permitió a Marta ver la grandeza de todas ellas, y reconocer, también, todo lo que ellas sí pudieron dar al sistema, todo lo que cuidaron, todas sus fortalezas. Solo desde aquí Marta pudo encontrar la suya propia para poder responsabilizarse de su parte económica y materializar los cambios que la condujeron hacia lo que deseaba para sí misma.
Conclusiones
Estamos mucho más cerca de nuestro linaje familiar de lo que imaginamos. A veces esta cercanía nos es favorable, es un recurso que nos da fuerza y alas para vivir la vida que deseamos. Otras, en cambio, perpetuamos patrones familiares que nos limitan, nos quitan libertad, nos mantienen atrapados en lugares que nos empequeñecen. Las Constelaciones Familiares permiten sanar estos patrones.
En el Institut Gestalt somos referentes en el trabajo con Constelaciones Familiares desde el año 1999. Joan Garriga ha sido el gran difusor de esta metodología en Barcelona, primero, y, luego, en todos los países de habla hispana. Actualmente, somos un equipo amplio de profesionales, con distintos estilos, que amamos esta metodología y acompañamos personas en todos sus abordajes.
Si deseas más información estaremos encantados de conocerte.
Artículo escrito por Bet Costa
Directora del Área de Constelaciones Familiares del Institut Gestalt de Barcelona.