¿Cuáles son los puntos erógenos de la mujer? Este es uno de los temas que más interés suscitan entre las mujeres de nuestros tiempos. Nos podríamos preguntar ¿Por qué las mujeres no conocen sus preferencias sexuales, o por qué buscan información en las redes cuando podrían autoexplorarse o compartir información con otras mujeres? ¿Por qué muchas mujeres no se conocen sexualmente? ¿Por qué el deseo, el autoerotismo y el placer individual femenino continúan siendo un tema tabú?
El tema principal aquí es que el placer individual femenino y el sexo continúan siendo un tabú a nuestra cultura. No forman parte de nuestra vida cotidiana, dentro de nuestras familias y en nuestras escuelas no se habla de placer, ni de sexo. Y resulta paradójica dado que vivimos en una sociedad que, al mismo tiempo, se encuentra hipersexualitzada. Es desconcertante observar como la mayoría de nuestras criaturas, a los 8 años, ya han sido expuestas a contenidos explícitos, como por ejemplo videos pornográficos, a través de sus dispositivos móviles. Además, en el contexto cinematográfico, se nos ofrece una visión irreal del sexo, con los protagonistas consiguiendo un orgasmo en escasos segundos y con prácticamente ningún contacto físico. Como si la rapidez y el orgasmo fueran el único objetivo de la sexualidad.
El autoconocimiento sexual y el autoerotismo
Ante este panorama es normal que nos sintamos inseguras y desinformadas, lo que se nos muestra y se nos oculta no está en correspondencia con lo que nos ocurre a nosotras. A la vez estamos muy interesadas, como humanos que somos en el placer. La sexualidad es consustancial a lo humano y cuando la excluimos o la negamos nos perjudica en nuestro bienestar, en nuestra la felicidad, en nuestra salud física, y emocional. El autoconocimiento sexual implica tener curiosidad para autoexplorarse y eso aparece cuando una siente deseo, y este se convierte en el motor de inicio de la autoexploración sexual. Este no es un tema común entre las mujeres. No se nos educa para ni que seamos curiosas, ni para que exploremos o descubramos cosas, ni para que nos permitamos jugar, se nos educa para que estemos enfocadas en los demás y no en nosotras mismas.
Los hombres no reciben este tipo de mensajes, se les educa más para ser ellos mismo, para poder realizar ellos lo que necesitan. Por tanto, las mujeres no nos autoexploramos, no tenemos permiso para descubrirnos a nosotras mismas, cosa que tiene consecuencias en nuestra sexualidad, con la agravante que nuestros órganos genitales son internos, a diferencia de los hombres que son externos. No solo eso, sino que el deseo femenino continúa siendo un tabú, todavía no queda bien que una mujer hable en público de su deseo y de sus conquistas sexuales.
Cuando he hablado con ginecólogas me han expresado su perplejidad al ver, en diversas ocasiones, en sus pacientes que acudían a la consulta, que cuando se les preguntaba por el deseo sexual respondían que no tenían y no lo consideraban un problema. Por otro lado, la masturbación femenina se ha empezado a visibilizar hace pocos años cuando salió al mercado el Satisfyer, hasta hace pocos años continuaba siendo algo que parecía que no existía.
Poder disfrutar del autoerotismo requiere una autoexploración previa de una misma. Esta se puede dar cuando no sentimos culpa o rechazo por el cuerpo. Cambiar nuestras creencias sobre sexualidad, deseo, y placer individual es un paso previo para poder tocarnos. Los tabúes culturales y familiares son un obstáculo para que nos podamos reconocer como seres sexuales de pleno derecho. ¿Qué significa eso? Poder reivindicar nuestra capacidad para estar satisfechas sexualmente y poder sentir en nuestros cuerpos la sexualidad como una fuente de placer, de bienestar y de salud en nuestras vidas. El flexibilizar nuestras creencias nos dará la posibilidad vivir el autoerotismo como algo saludable y beneficioso para nosotras.
Como potenciar el placer individual femenino
Como decía al principio del artículo tenemos un gran desconocimiento de nuestra anatomía, desconocemos nuestros órganos genitales y cuáles son los puntos de orgasmos que tenemos dentro de nuestras vaginas, que son unos cuantos. Este desconocimiento de los órganos sexuales femeninos llega hasta tal punto que la descripción anatómica del clítoris, nuestro órgano de placer femenino por excelencia, no se realizó hasta 1998. Por otro lado, para saber qué nos gusta y qué no, es importante tener un cuerpo distendido y relajado. El trabajo corporal, el movimiento y la respiración son elementos claves para identificar aquello que nos da placer, descubrir cuáles son nuestros deseos, y diferenciar lo que nos gusta de aquello que nos disgusta. Eso nos llevará a descubrir nuestras zonas erógenas para poderlas disfrutar en el autoerotismo y comunicarlo a nuestras parejas, o con relaciones sexuales con las que podamos compartir nuestra vida.
El compartir en un entorno con otras mujeres nos puede abrir a comprobar que lo que nos ocurre es totalmente normal, cosa que ayudará a que nuestra autoestima suba y sea lo suficientemente potente para que podamos realmente poner voz a nuestras necesidades y deseos como mujeres sexuales, pudiendo así construir una sexualidad femenina y no patriarcal como la que hemos descrito anteriormente.
El aprendizaje de la sexualidad
Para tener una sexualidad plena hay que practicar. La sexualidad requiere de un aprendizaje. Ciertamente, hay una parte instintiva, pero también hay otra que requiere de un aprendizaje. Las experiencias que hayamos tenido en nuestra vida con la sexualidad van a marcar nuestra actitud ante ella. Si hemos sufrido abusos o violencia, especialmente en la infancia, hasta que no procesemos estas experiencias, no conseguiremos abrirnos a la sexualidad plena. En la actualidad existen técnicas terapéuticas que nos permiten integrar nuestras experiencias traumáticas para volver a poder confiar en los demás y en la vida otra vez. Esto sólo es posible si conseguimos mirarnos a nosotras mismas con compasión y respeto.
Mireia Darder
Doctora en Psicología y cofundadora del Institut Gestalt. Terapeuta Gestalt y de Corporal y Movimiento. Miembro didacta y supervisora de la AETG. Autora de los libros “Nacidas para el placer” y “La sociedad del abuso”, entre otros.
Formaciones relacionadas:
Formaciones relacionadas:
Para estar informado de la actualidad puedes seguirnos en nuestro instagram.