¿Qué te motivó a aprender sobre la Comunicación NoViolenta?
Durante tres años, me sumergí en diversas herramientas de desarrollo personal y participé en un taller introductorio sobre Comunicación NoViolenta como parte de un máster en Coaching. Quedé fascinada por la perspectiva de una comunicación que va más allá de juicios, enfocándose en asumir la responsabilidad de nuestras emociones y necesidades sin culpas. Y salí muy esperanzada al ver que era una práctica con unos pasos muy claros y concretos que se podían aprender. Por fin había encontrado la manera de conocerme mejor, comprenderme a mí y a las demás personas, de acceder a la compasión. Y, como madre de tres adolescentes, también intuí que iba a ser una herramienta para relacionarme con ellos muy alineada con mis valores más profundos.
¿Cómo describirías la Comunicación NoViolenta en tus propias palabras?
Para hablaros sobre qué es la Comunicación NoViolenta, me remitiré a las palabras de su creador, Marshall Rosenberg, psicólogo y mediador. Él la describía como una forma de comunicarnos desde el corazón, iniciando sus talleres con la afirmación: “Vengo a enseñaros algo que ya sabéis, pero lo habéis olvidado, porque os han educado para lo que olvidéis”. La CNV nos reconecta con algo innato, inherente en el ser humano.
Personalmente, yo suelo explicar que es mucho más que una simple herramienta comunicativa; es una reveladora toma de conciencia. En breves términos, la definiría como la comunicación que nos acerca a las personas, que nos permite ver la humanidad propia y ajena, frente a la comunicación que nos aleja, que nos da ganas de contraatacar, de justificarnos y defendernos o de salir corriendo. Es una comunicación que genera compasión, seguridad y confianza con las demás personas, pero también en mi fuero interno, porque he aprendido a culparme y a motivarme a través de juicios y de exigencias.
¿Cuáles son los principios fundamentales de la CNV y por qué son importantes?
Voy a mencionar algunos de los principios y creencias fundamentales de la CNV. Creo que son importantes porque nos reconcilian con nuestra dimensión humana:
- Todos los seres humanos compartimos las mismas necesidades, aunque las maneras de satisfacerlas suelen ser distintas y ahí es donde se crean los conflictos.
- Todo lo que hacemos o decimos es un intento de satisfacer necesidades, consciente o inconscientemente. Solo recurrimos a la violencia o a otras acciones que no tienen en cuenta nuestras propias necesidades o las de las demás personas, cuando no conocemos recursos más eficaces o no tenemos acceso a ellos.
- Los sentimientos señalan si nuestras necesidades están satisfechas o no. Es muy importante atenderlos y descifrar su mensaje. Pueden ser desencadenados, pero no causados por otras personas.
- El camino más directo a la paz interior me lo facilita el conectar y empatizar conmigo misma.
- Todos los seres humanos tenemos la capacidad de tener compasión, aunque no siempre sabemos cómo acceder a ella.
- A los seres humanos nos gusta dar y contribuir al bienestar de las demás personas, cuando lo hacemos desde la elección. Y contribuir nos aporta alegría y sentido a nuestras vidas.
¿Cómo crees que la CNV puede mejorar la calidad de las relaciones interpersonales?
Para mí, una relación de calidad lo es cuando podemos mostrarnos, cuando nos vemos en toda nuestra dimensión humana y cambiante, sin etiquetas, cuando nos tenemos en cuenta y mostramos que la otra persona nos importa. Las personas que practicamos la CNV aprendemos a escuchar con empatía y eso nos ayuda a comprendernos y a comprender a las demás personas, y a crear entornos de seguridad emocional y de confianza. Transmitimos con hechos y con palabras que las personas nos importan. Sabemos que satisfacemos muchas de nuestras necesidades a través de nuestras relaciones con otras personas y queremos que todas ganemos, frente a un ganar-perder o perder-perder. Y eso en todo tipo de relaciones, en las familiares, las terapéuticas y las de coaching, en la educación, en el entorno laboral… Las personas, cuando nos sentimos inseguras, cuando no nos llega que importamos y que nuestras necesidades son valoradas y tenidas en cuenta, nos protegemos y sub funcionamos, no nos mostramos auténticas, ni creativas, ni siquiera logramos ser eficaces o productivas, o lo somos con un alto coste de malestar o de ansiedad.
¿Cómo integras la CNV en tu vida diaria y en tus relaciones personales?
Es una práctica interna basada en la escucha empática. Yo me escucho y escucho a las demás personas y voy traduciendo en mi fuero interno eso que escucho a sentimientos y necesidades. Así veo qué es importante y significativo para cada cual y logro ver la dimensión humana de las personas, sus anhelos profundos. A mí me enseñaron de niña que había personas “buenas” y personas “malas”, aunque ahora se habla más de personas “tóxicas”. Yo creo que es importante cambiar la mirada y traducir los juicios a necesidades. ¿Qué estoy necesitando cuando pienso de alguien que es “vago”? Necesito seguramente apoyo y colaboración. Qué diferente resulta decir o pensar “es un vago” a decir o pensar “necesito apoyo y colaboración”. Y es importante que interioricemos esa traducción a necesidades, porque la CNV nos enseña que la mejor de las comunicaciones es la que está alineada con lo que pensamos y experimentamos.
¿Cómo crees que la CNV puede ser beneficiosa en el ámbito profesional?
Siempre que hay personas y equipos de personas, la comunicación es muy importante, porque puede generar cercanía, comprensión, colaboración, o lo contrario. El paradigma que la CNV propone es el del “poder con” (frente al “poder sobre”), el de la empatía y la expresión sincera y cuidadosa. La CNV es una herramienta muy eficaz para poner palabras y foco a lo que importa en cada momento, y para buscar soluciones. Cuando se dan conflictos,
¿Qué necesidades cubre el aprendizaje y la difusión de la CNV?
Cuántas más personas empiecen a poner atención en cómo se sienten y qué necesitan, a escucharse con empatía y compasión, más se conocerán y comprenderán. A su vez, como tenemos una humanidad compartida, más comprenderán a las demás personas. Imagina cómo sería moverte en entornos en los que te sientes segura y te puedes mostrar auténtica, sin temor a ser juzgada o rechazada. Eso es lo que proporciona la CNV, primero en nuestro fuero interno y con las personas con las que la practicamos, y poco a poco, con otras personas ajenas a la CNV. Porque al lograr ver nuestra propia humanidad y la de las demás personas, nos convertimos en seres más auténticos y vulnerables en los que resulta más fácil confiar. Transmitimos que nos responsabilizamos de nuestra vida, que sabemos expresar y pedir lo que necesitamos y que nos importan las demás personas y sus necesidades.
¿Cómo crees que la CNV puede adaptarse a diferentes culturas y contextos sociales?
La CNV es un proceso que aflora nuestra naturaleza humana y, como tal, está presente en todas las culturas y contextos sociales. Como práctica interna, no necesita adaptarse. Ahora bien, si quiero expresarme con la CNV, puedo tener en cuenta un contexto profesional en el que hablar de emociones pueda parecerme demasiado vulnerable y, por ejemplo, expresar lo que es importante para mí (las necesidades), sin mencionar explícitamente los sentimientos presentes en mí.
Algo que me gusta mucho es que en los practicantes de CNV yo percibo mucha diversidad y que logramos co crear entornos en los que hay seguridad, confianza y aceptación de las diferencias. Pueden surgir conflictos, por supuesto, y entonces se trata de hacer una escucha empática de las partes para llegar a la conexión, antes de ir a solucionar. Ese respeto por la diversidad me da mucha esperanza.
¿Crees que la CNV podría tener un impacto más amplio en la sociedad?
Sí, claro. Marshall Rosenberg creó la CNV en los años 60 y la llevó a las familias, empresas, escuelas y prisiones. Es también una herramienta muy eficaz en la mediación y resolución de conflictos, tanto internos como con otras personas. Marshall medió entre tribus en guerra que le pidieron a continuación que les enseñase el proceso. Una vez que conoces qué es la Comunicación NoViolenta, la pregunta que te sueles plantear es cómo es que no nos la enseñaron antes en el colegio, en las escuelas de padres, en la universidad, en las escuelas de negocio, etc. Es algo que suelo escuchar preguntar a quienes se acercan a la práctica de la CNV.
¿Qué consejo darías a alguien que está interesado en comenzar a aprender sobre la CNV?
Yo le diría que lea el libro “Comunicación Noviolenta. Un lenguaje de vida” de Marshall Rosenberg (editorial Acanto) o algún otro suyo que le llame la atención, como por ejemplo, el librito “El sorprendente propósito de la rabia”. Y también le recomendaría que haga un curso introductorio para empezar a practicar la CNV con otras personas interesadas en incorporarla en su vida. Y un primer paso puede ser hacer pausas durante el día y poner palabras a sus experiencias. Que se pregunte qué sensaciones corporales y emociones siente en ese momento, y qué necesidades experimenta como cubiertas o como no satisfechas (hay listados de sentimientos y necesidades que nos facilitan este proceso y están al final de los libros de CNV).
Constanza Echevarría
Formadora certificada por el Center for NonViolent Communication. Mediación con CNV (formada con John Kinyon, Ike Lasater y Ania Mills).
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