El ámbito laboral y las organizaciones están enfrentando una creciente complejidad. La interdisciplinariedad se vuelve cada vez más crucial en los entornos laborales, y los objetivos comerciales demandan conocimientos y habilidades específicas y complejas. En este contexto, el coaching de equipos emerge como una herramienta esencial para abordar estos desafíos y potenciar el rendimiento y la eficacia de los equipos. Estos requerimientos no pueden ser satisfechos con una única persona por más experta que sea. Los nuevos entornos profesionales requieren cada vez más de un equipo de personas capaces de trabajar de forma responsable y coordinada, un requerimiento nada fácil de satisfacer en una sociedad cada vez más individualizada. Y ya se sabe el dicho, tan integrado en la mente de muchos profesionales “si quieres llegar rápido ves solo, si quieres llegar lejos ves acompañado”.
El problema es que hoy, la alta competitividad exige respuestas rápidas, pero solos somos incapaces de darlas, solos no llegamos a ningún sitio. La realidad es que muchos nunca han aprendido a trabajar dentro de un equipo y los líderes tampoco tiene claro como facilitar el trabajo en equipo. Por eso, los profesionales de RR.HH. cada día valoran más a las personas que han competido en un equipo deportivo y ante el contexto actual del mundo laboral, caracterizado por una creciente complejidad, la importancia del coaching de equipos se vuelve crucial.
Retos de la transformación organizacional con el coaching de equipos
La necesidad de aprender a liderar equipos que respondan como tales, que sean capaces de abordar de forma conjunta retos complejos y de llegar al alto rendimiento es cada día más notable. Gestionar los egos y las distintas motivaciones de los profesionales junto a los requerimientos de la dirección ejecutiva, comprendiendo las dinámicas propias de los equipos, distinguiendo lo que es normativo de lo que es claramente disfuncional no es tarea sencilla. Pero es probablemente uno de los mayores retos a los que se enfrentan no solo directivos y entrenadores deportivos, sino también profesionales que deben liderar proyectos coordinando distintas personas. Adaptar el liderazgo, entender aspectos emocionales grupales o las dinámicas propias del equipo presenta dificultades y es ahí donde las empresas buscan ayuda profesional, a menudo en el coaching, que se presenta como capaz de facilitar el potencial de personas y equipos, de acompañarlos a conseguir sus objetivos.
¿Coaching grupal o coaching de equipos?
Un aspecto a veces poco conocido o explorado es la diferencia existente entre el coaching grupal y el coaching de equipos. Si tenemos en cuenta que la mayoría de coachs se han formado en entornos grupales, a partir de formaciones vivenciales y ejercicios grupales, podemos entender como fácilmente muchos coachs se sienten preparados para acompañar a equipos sin estar realmente preparados. Suelen pensar que las habilidades aprendidas y las dinámicas grupales que aprendieron en sus formaciones son adecuadas para el coaching de equipos. Y si bien eso es cierto para las habilidades básicas de coaching como la presencia, la escucha y las preguntas potentes reflexivas, estas habilidades resultan claramente insuficientes cuando nos encontramos ante un equipo que además suele ser disfuncional.
Los equipos no son grupos y no comparten el único rasgo común de perseguir el mismo objetivo. Los equipos son entidades complejas que existen con interdependencia de sus miembros y que exigen un abordaje muy distinto del que requieren los individuos o los grupos. Para acompañar equipos el coach necesita de más habilidades y herramientas que para el coaching individual o grupal. La capacidad de generar una alianza con el equipo se convierte en un aspecto clave, así como el uso de dinámicas específicas que permitan indagar no sólo en la claridad y aceptación de los objetivos y valores compartidos, sino también en aspectos relacionados con la comunicación, la interdependencia, la confianza mutua, la responsabilidad compartida y especialmente con la emocionalidad colectiva y su influencia como impedimento o facilitación en la consecución de los objetivos del equipo.
Aportaciones del coaching y la psicología organizacional
Liderar, acompañar a un equipo a alcanzar objetivos ambiciosos viviendo una experiencia positiva, es una tarea que requiere de un nivel elevado de inteligencia emocional. En realidad demanda de lo que se conoce como inteligencia emocional, sistémica y de equipos. Este tipo de inteligencia emocional Implica no solo ser capaz de reconocer y gestionar las propias emociones y fuentes de motivación, sino también de ser capaz de leer la emocionalidad colectiva en un momento dado, de tener claridad acerca de si esa emocionalidad colectiva es la que se requiere en ese momento para el propósito o tarea. Y sobre todo, de ser capaz de cambiarla cuando no es la que el equipo necesita.
El coaching, como técnica o arte del acompañamiento al desarrollo del potencial de personas y equipos, aporta herramientas básicas para liderar equipos de forma efectiva. Desde la creación de espacios de confianza, la presencia, la escucha activa, la creación de reflexión creativa y el trabajo estratégico con objetivos. Muchos líderes se forman en coaching para aprender e incorporar estas habilidades. Pero cuando hablamos de coaching de equipos se añaden otras herramientas y dinámicas a las habilidades básicas de coaching, como la creación de una alianza marco, la generación de conciencia sobre la misión, la visión, las emociones colectivas e incluso los valores compartidos.
Más allá de las dinámicas
La reflexión creativa a partir de dinámicas y ejercicios que propone el coaching, facilita la toma de conciencia y un cambio de mirada, y resulta esencial para promover cambios. Pero no seriamos sinceros si no reconociéramos que las dinámicas de coaching, por si solas, tiene un impacto limitado. Por eso es importante conocer y comprender las aportaciones que la psicología organizacional aporta a partir de la investigación aplicada realizada en los últimos años.
Para liderar equipos con efectividad es importante no solo tener buenas habilidades de coaching, también resulta importante aprender conocimientos clave que explican el funcionamiento de los equipos, poder entender el impacto de su dimensión sistémica, de la cultura organizativa, conocer las fases o momentos por los que pasan todos los equipos y la forma en que el liderazgo resulta más efectivo en cada etapa. Y tener claras las disfunciones más habituales que sufren los equipos, para detectarlas y poder corregirlas. Para facilitar el trabajo en equipo también resulta imprescindible conocer los problemas que surgen con relación a la aceptación del rol o las técnicas de mediación para la resolución de conflictos que han aportado prestigiosos psicólogos, como Mindell con su democracia profunda o Rosenberg con la comunicación no violenta.
Desarrollo de habilidades y conocimientos clave
En términos generales, en la actualidad, reconocemos que cualquier programa formativo en Coaching de Equipos, que aspire a ser destacado y aportar un valor significativo para optimizar el desempeño de los equipos, debe abordar tanto el desarrollo de habilidades de coaching específicas para este ámbito como la capacitación en conocimientos esenciales sobre las dinámicas, organización, estructura y aspectos emocionales inherentes a los equipos. Estos conocimientos provienen de la rica base proporcionada por la psicología organizacional, siendo este un componente integral para comprender y potenciar el funcionamiento efectivo de los equipos.
Montse Cascalló Piqueras
Psicóloga de la salud, el deporte y las organizaciones. Coach profesional PCC por ICF y Psicóloga-coach ISCP
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