La mayoría de las propuestas de cambio personal, de crecimiento personal y transformación como la psicoterapia o la psicología, y las más recientes como el coaching, y las súper novedosas como el mindfulness abordan principalmente los aspectos mentales de la persona, algunas también tienen en cuenta los aspectos emociones, pero son pocas las que se centran específicamente en el trabajo con el cuerpo. Teniendo en cuenta que las emociones se sienten en el cuerpo y que el 80% de la comunicación es no verbal, creemos que para que la transformación y el cambio sean reales, éste tiene que incluir un trabajo con el cuerpo, por ello proponemos un trabajo que tenga como base el cuerpo.
Partimos de la idea de que tener un cuerpo más distendido nos permite saber qué estamos necesitando en cada momento y usar nuestro instinto para sentir más alegría de vivir. Así podremos conectarnos de forma más sencilla con nuestra rabia y nuestro deseo sexual y si además pudiéramos expresarlos conseguiríamos estar más integrados con nuestra naturaleza.
En realidad somos nuestro cuerpo, es en él donde sentimos lo que necesitamos y donde se alojan nuestras emociones, que nos permiten responder al ambiente. En la medida que aceptemos nuestras emociones, principalmente las negativas, como el miedo, la tristeza y la vulnerabilidad, y las podamos expresar, estaremos más tranquilos con lo que somos en realidad y podremos usar nuestra energía para disfrutar de la vida sin corsés. Sentir más en lugar de pensar tanto, nos amplía el campo de posibilidades de acción en el mundo.
Y todo lo descrito anteriormente sólo será posible si tenemos una actitud abierta ante lo que nos ocurre en nuestro interior. Si somos conscientes de lo que sentimos (sin juzgarnos, sin deberías, sin exigencias) podremos permitirnos expresar a través del cuerpo y convertirlo en nuestro aliado en lugar de nuestro enemigo o algo que nos molesta para nuestros objetivos.
Estaremos más integrados en nuestras partes y tendremos más recursos para adaptarnos a la vida, que está en constante cambio.
Por Mireia Darder
Socia fundadora del Institut Gestalt. Dra. en Psicología clínica. Terapeuta Gestalt.