órdenes del amor

Entrevista a Joan Garriga – Sobre los órdenes del amor

19 abril 2024

¿Cómo definirías las constelaciones familiares para alguien que no está familiarizado con ellas y de qué manera su aplicación puede tener un impacto constructivo en la mediación y resolución de conflictos dentro de las relaciones de pareja?

Las constelaciones familiares son un método de abordaje terapéutico en el que, de forma escénica y representacional, se pueden examinar de cerca los conflictos arraigados que no han sido resueltos en nuestra historia. Este enfoque tiene aplicaciones significativas no solo en conflictos personales y familiares, sino también en ámbitos organizacionales, de salud y trabajo social, donde están implicados sistemas. Considero que es un método avanzado, ya que nos permite, a través de imágenes, entablar un diálogo con aquello tan nuclear de nuestro interior que siempre son los vínculos y lo que nos conecta con los demás.

 

¿Podrías explicarnos qué son los órdenes del amor? ¿Cómo crees que estos pueden influir en la dinámica familiar y las relaciones interpersonales?

Los órdenes del amor son uno de los conceptos centrales en el marco de las constelaciones familiares. Su creador, Bert Hellinger, insistía en que el amor por sí solo no es suficiente; debe estar canalizado a través de un orden para garantizar el bienestar en nuestras familias y vínculos. Este concepto tiene raíces agustinianas, derivadas de San Agustín, y Hellinger lo adoptó para explicar los órdenes que deben respetarse para que el amor se traduzca en bienestar y felicidad en nuestras relaciones.

Los órdenes del ámor más importantes son los siguientes:

El primero establece que la realidad tal como es debe ser respetada, y aquellos que forman parte de nuestra red familiar tienen derecho a pertenecer. Excluir a alguien puede acarrear consecuencias negativas, como cuando un individuo excluido luego es representado por otro miembro de la familia de manera problemática, como en el caso de un sobrino que desarrolla una adicción al alcohol tras la exclusión de un pariente alcohólico.

Otro orden fundamental sostiene que las familias y los sistemas funcionan mejor cuando cada individuo ocupa el lugar que le corresponde. Esto implica una estructura ordenada y jerárquica en las relaciones familiares, donde los padres ejercen como tales, los hijos como tales, y así sucesivamente. Incluso en casos de separación de pareja, es importante que ambos padres ocupen sus roles de manera adecuada.

Bert Hellinger también destacaba la importancia del intercambio equilibrado entre dar y recibir en las relaciones. Es crucial evitar desequilibrios donde uno se sienta en deuda o en posición de acreedor. Esto quiere decir que respeto nuestros padres, nuestros maestros, los adultos, hemos recibido mucho y luego lo compensamos haciendo algo bueno con nuestra vida. Por ejemplo, el reconocido escritor Albert Camus, cuando recibió el Premio Nobel, agradeció públicamente a su maestro de literatura y lengua, compensando así el apoyo recibido a lo largo de su carrera.

 

En tu libro El buen amor en la pareja (2013), exploras cómo los órdenes del amor se manifiestan en las relaciones románticas. ¿Cuáles son los principios clave que guían la búsqueda de una relación de pareja saludable y armoniosa según esta perspectiva?

En el ámbito de la pareja, los órdenes del amor tienen una aplicación clara. Al trabajar con parejas, nos damos cuenta que, en cada pareja, en cada persona, se hacen presentes muchos; somos el fruto de una larga historia de muchas parejas anteriores, de cómo hemos vivido los asuntos en nuestra infancia, también de asuntos adultos que no han quedado resueltos. Esto nos lleva a destacar algunos puntos clave:

Primero diría que es fundamental abordar cualquier asunto no resuelto en nuestra dinámica familiar, evitando dejar a personas “indignificadas”, ya que estos atraen mucha energía y atención.

También resulta crucial examinar nuestras relaciones pasadas, ya que a menudo existen lealtades ocultas a dinámicas previas que pueden obstaculizar, impidiendo que nosotros logremos nuestro propio funcionar. Esto significa también dejar de repetir, o ser desleales a la historia desfeliz de nuestros anteriores para poder lograr vínculos más felices.

Luego también es muy importante trabajar con el niño que vivió dificultades en su infancia y que tomó posiciones ya sean de víctima de perseguidor, de justiciero, de hermético, de abnegado, de asustado porque a veces, este niño interior – que en alguno de mis libros lo llamo tiránico y profético – toma el gobierno de nuestra relación de pareja y entonces la relación se llena de dificultades.

Además, no podemos pasar por alto la necesidad de cerrar los ciclos y resolver los conflictos pendientes en nuestra vida adulta, como abortos no integrados o separaciones no resueltas, ya que estos pueden obstaculizar el camino hacia una relación de pareja satisfactoria.

 

¿En tu práctica terapéutica, como identificas estos patrones que pueden influir en las relaciones interpersonales?

 En el ámbito de las constelaciones familiares, estos patrones y estas implicaciones que tenemos y que dificultan el bienestar en la pareja se hacen visibles cuando la propia constelación lo muestra. A veces, se muestra que uno tiene dificultades para tomar su lugar de pareja porque sigue siendo demasiado hijo de su madre y no da prioridad, por ejemplo, a su pareja. O cuando uno repite el guion de una abuela enojada porque el abuelo lo trató mal y entonces la mujer se siente enojada con su pareja en nombre de su abuela. Entonces en las constelaciones se hacen evidentes las tramas que nos atan y nos implican y también se crea la posibilidad y el espacio para que estas tramas no solo queden a la vista concienciadas, sino también resultas y que la persona integre movimientos de vida y de relación distintos.

 

¿Cómo abordas la delicada cuestión del equilibrio entre el respeto por la cultura y las tradiciones familiares y la necesidad de promover cambios que favorezcan la salud emocional y el bienestar de los individuos y las familias?

La mayoría de las personas mantenemos lealtad a nuestro código cultural y familiar de origen en el que hemos crecido y hemos hecho aprendizajes que están interiorizados en nuestro cuerpo sanguíneo, nuestra forma de ser y de funcionar. Sin embargo, a veces surge un desafío en una pareja cuando tratamos de compartir la vida con alguien que proviene de un contexto cultural y familiar diferente al nuestro. Anteriormente, las parejas solían formarse con individuos de entornos cercanos, con quienes compartían similitudes en términos culturales, familiares e incluso religiosos. Sin embargo, en la actualidad, las parejas son más diversas, con códigos culturales muy distintos. Por lo tanto, a veces se requiere un trabajo personal profundo para trascender esos códigos y creencias arraigadas en nuestra familia y sociedad, y así poder construir juntos un nuevo código compartido.

Un ejemplo de esto es cuando dos personas de diferentes religiones o países deciden unirse. En tales casos, es importante no solo ser compatibles en términos naturales, sino también estar dispuestos a adaptarse y superar las diferencias culturales y familiares. Esto implica un desarrollo personal significativo que a veces se alcanza y otras veces no, pero cuando se logra, representa un gran avance en la relación.

 

¿Consideras que los órdenes del amor y las constelaciones familiares pueden aplicarse más allá del ámbito terapéutico, por ejemplo, en la resolución de conflictos sociales o en la gestión de equipos de trabajo? ¿De qué manera?

 Las constelaciones familiares tienen una amplia gama de aplicaciones. Quizás el más reconocido sea en el ámbito psicológico y terapéutico, donde se utiliza para resolver conflictos relacionales, asuntos de pareja, con los padres y trastornos psicológicos en general. Sin embargo, su uso se ha expandido a otros campos con el tiempo. Inicialmente, se aplicó en el campo de la salud, bajo la premisa de que las enfermedades pueden tener raíces en traumas no resueltos o en dinámicas familiares poco claras u ordenadas.

Posteriormente, se descubrió que las constelaciones pueden ser útiles en entornos organizacionales, donde a menudo existen trastornos y desórdenes que no son evidentes a simple vista. Esta técnica puede proporcionar claridad y orientación hacia soluciones efectivas en el ámbito laboral. También se está utilizando en el ámbito social, especialmente con personas en situaciones de marginalidad o sufrimiento, así como con niños en instituciones que buscan padres adoptivos.

En el ámbito jurídico, especialmente en países como Brasil, se está implementando cada vez más para resolver conflictos legales, especialmente en casos de separaciones y divorcios, con el objetivo de reducir los litigios y aumentar las posibilidades de una conciliación exitosa.

Luego también como algo incipiente está apareciendo lo que podríamos denominar constelaciones políticas. En un ámbito más amplio, la política es un juego de fuerzas y sistemas que necesita tener mucha claridad, así que algunos líderes, también se acercan para pensar asuntos difíciles desde la metodología de las constelaciones.

Podríamos decir que las constelaciones nos permiten acercarnos a un pensamiento profundo sobre los temas que nos incumben de una manera muy rápida y permite también generar claridad acerca de movimientos de solución a problemas muy enquistados en todos estos ámbitos que podríamos decir que son los ámbitos de la vida misma.

 

 

¿Cuál es tu opinión sobre la integración de enfoques terapéuticos, como la terapia sistémica y las constelaciones familiares, con otros enfoques psicológicos más tradicionales? ¿Cómo crees que esta integración puede enriquecer la práctica clínica?

Las constelaciones familiares son perfectamente compatibles con cualquier enfoque terapéutico. De hecho, tienen mucho sentido dentro de un proceso terapéutico, ya sea desde la perspectiva gestáltica, psicoanalítica, humanista o cognitivo-conductual. Así que a veces un impulso para mirar estos asuntos tan nucleares de los vínculos; estimula y favorece con más fuerza un proceso terapéutico que apunta necesariamente a ponerse en paz con nuestra historia personal y a comprender que algunos de nuestros síntomas tienen que ver mucho con desórdenes de nuestras tramas familiares y relacionales.

En particular, respecto a los enfoques humanistas, los conceptos fundamentales son muy similares. En las terapias humanistas, prevalece una orientación integradora que podríamos llamar psicoterapia copulativa, ya que busca incluir e integrar todos los aspectos de nuestra experiencia para poderlo gobernar. Esto difiere de un enfoque disyuntivo que se centra en fortalecer las voces del “yo” con las que nos identificamos, mientras deja en la sombra aquellas partes de nosotros con las que no nos identificamos. Este enfoque puede perpetuar la lucha interna que es el origen y la matriz de muchos trastornos psicológicos.

 

Finalmente, ¿cuál es tu visión para el futuro de las constelaciones familiares y su integración en el campo de la psicoterapia? ¿Cómo esperas que evolucione esta práctica en los próximos años?

Sobre la evolución de las constelaciones familiares, puedo decir que han pasado 25 años de continuo desarrollo, al menos en el ámbito hispanohablante. Este movimiento tuvo su inicio hace 25 años, en mayo de 1999, cuando Bert Hellinger visitó el Instituto Gestalt de Barcelona, lo que marcó el inicio de un crecimiento geométrico sin precedentes. Ha sido una progresión asombrosa que ha llevado a este enfoque terapéutico a alcanzar una popularidad considerable. Y creo que su popularidad se debe a su eficacia y a su capacidad para proporcionar una nueva perspectiva y claridad en áreas que antes se percibían como crípticas o poco claras.

Nadie puede predecir con certeza cómo evolucionarán las constelaciones en el futuro. Sin embargo, me atrevo a imaginar que para el año 2050, las constelaciones se habrán sutilizado se habrán redondeado, pero que seguirán siendo muy presentes, muy vigentes porque seguirán tocando los asuntos nucleares que configuran la realidad de un ser humano, que no dejan de ser los asuntos de los movimientos del corazón: de lo que nos une a los demás, de los que nos desconecta del amor, del dolor… que son los lugares primordiales a los que apunta el trabajo de constelaciones.

 

En este vídeo, Joan Garriga, cofundador del Institut Gestalt profundiza en las Constelaciones Familiares y los órdenes del amor.

Joan Garriga

Cofundador del Institut Gestalt. Pionero en introducir las Constelaciones Familiares de la mano de Bert Hellinger en España, convirtiéndose en uno de los mayores referentes internacionales en el ámbito de las Constelaciones en el mundo hispano.

 

Formaciones relacionadas:

Formación Intensiva de Constelaciones Familiares y Asuntos de Pareja

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